El Camino de Santiago con Naty y Nico: Un experimento social

Si vas al Camino de Santiago con nosotros, vas a vivir un experimento social. Lo llamo así porque es un escenario perfecto para experimentar esas partes de ti que, en la cotidianidad, en tu realidad, nos cuesta mostrar por temor a perder algo. Esto significa que llevamos sobre nosotros un montón de etiquetas, identidades, roles que hemos asumido para sobrevivir o porque creemos que así ganamos el amor de quienes nos rodean.

Pero cuando llegas al Camino, llegas libre, ligero de todo ese equipaje. Allí, nadie te conoce. No importa tu cargo, cuánto dinero ganas, el carro que tienes, ni si usas ropa de marca o no. Lo único que realmente sirve es la esencia, lo que verdaderamente somos. Surge entonces una gran pregunta: “¿Quién soy cuando no soy la mamá, la hija, la esposa, o la jefe?” Es un anhelo profundo que a menudo nos cuesta satisfacer porque nuestro ego, en el ambiente cotidiano, nos protege y nos dice: “No te atrevas a dejar de ser eso que siempre has sido, podrías poner en riesgo tu vida”.

Pero allá, en el Camino de Santiago de Compostela, el gran regalo es precisamente ese: atrevernos a ser lo que quizás por mucho tiempo nos hemos dicho que no somos. Llegar con curiosidad y pensar: “Si siempre he dicho que soy tímida, ¿qué tal si aquí me atrevo a ser más extrovertida?”. En este contexto amoroso, seguro y respetuoso, podemos bajar la guardia, sin temor de estar en peligro.

Es un terreno perfecto no solo para conocernos, sino para descubrir, despertar, visitar esas partes de nuestra alma que hemos ignorado por creer que es peligroso hacerlo en la vida cotidiana. Si quieres descubrir nuevas partes de ti de una manera amorosa, segura, respetuosa y guiada, ven y camina con nosotros el Camino de Santiago.

¡No nos creas, Vívelo!